Publicado en la revista científica Enfermería Clínica de mayo-junio 2003 vol 13, número 3, Pág. 177-179
Índice
Resumen:
Hemos usado la
sacarosa para tratar las 16 úlceras por presión, de evolución tórpida, de 6
pacientes crónicos después de haber buscado la evidencia científica al
respecto hasta la fecha de comienzo del trabajo. Las úlceras habían sido
tratadas de forma convencional, pero estaban estancadas en su evolución. El uso
del azúcar hizo que las heridas mejoraran, se curaron 7 y mejoraron las 9
restantes y llegamos a la conclusión de que el azúcar actúa como
antibacteriano, cicatrizante, desodorante y antiedematoso, abaratando el coste
del tratamiento.
Enferm
Clin. 2003;13:177-9.
Palabras
clave: Azúcar.
Sacarosa. Pasta de azúcar. Herida. Úlcera. Úlcera por presión.
Introducción:
Desde 1980
aproximadamente, tenemos conocimiento de que el azúcar y la miel habían sido
usadas tradicionalmente como remedios curativos de las heridas, y el azúcar se
usó hasta la década de 1960 de forma rutinaria en algunos hospitales.
Tras
una búsqueda de evidencia científica en MEDLINE (Pubmed), Cochrane Library,
EMBASE y en algunas revistas secundarias (Bandolier, ACP Journal, Best Evidence),
encontramos literatura que nos hizo pensar en buenos resultados si usamos azúcar1,2
3,4 en el tratamiento, por lo que decidimos aplicarla con los tratamientos
convencionales cuando la evolución se hacía tórpida (la última búsqueda es
de noviembre de 2001).
El
azúcar blanca de mesa, debido a sus propiedades fisicoquímicas, es una buena
alternativa a los antisépticos actuales, ya que actúa como antibacteriano y no
quema ni irrita al tejido de granulación, y es inerte ante el tejido sano3,4.
En
este trabajo se presentan los resultados obtenidos en un grupo de pacientes con
úlceras por decúbito de larga evolución y resistentes al tratamiento
convencional, con la aplicación de azúcar como elemento terapéutico.
Nosotros
hemos usado en el tratamiento de úlceras por presión azúcar blanquilla
(sacarosa prácticamente pura), bien en su forma comercial en grano o
vehiculizada en un excipiente idóneo (pasta de azúcar5,
6), y hemos observado que ejerce un efecto beneficioso en la evolución de
las heridas, lo que concuerda con la evidencia científica obtenida previamente1,8,9,12.
Método
La experiencia se
ha llevado a cabo en 6 pacientes que presentaban una evolución tórpida en el
tratamiento de sus heridas, con una media de presencia de úlceras de 2,4 años
(de 6 meses la de menos tiempo a 5 años la de más evolución). Presentaban 15
úlceras por presión, localizadas 6 en sacro, 5 en trocánteres, 2 en costados
y 2 en talones.
Los tratamientos
aplicados hasta el momento eran los más usados en nuestro medio: lavado con
suero fisiológico y aplicación de parches hidrocoloides o hidrocelulares; ante
la presencia de esfacelos, se practicaba desbridaje enzimático y quirúrgico;
ante la presencia de signos de infecciones, se aplicaba povidona yodada, peróxido
de hidrógeno, sulfadiacina argéntica o nitrofurazona, según el aspecto, olor
y color del exudado de la úlcera, y se realizaba cultivo y antibiograma. La
recogida de la muestra se realizaba mediante frotis de la herida, tras cuyos
resultados se modificaba o no el tratamiento.
El
azúcar se aplicó a diario tras lavar la herida con suero fisiológico y
secarla con una gasa de algodón estéril. Se cubría con un apósito de gasa de
algodón estéril.
En
las úlceras de las zonas declives, para favorecer la adherencia del azúcar al
lecho de la herida, aplicamos pasta de azúcar realizada con 100 g de azúcar
glas, 50 g de polietilenglicol 400, y 0,4 g de peróxido de hidrógeno al 30%6,10,11.
Las
movilizaciones de los pacientes, tanto activas como pasivas (colchón antiescara
de aire de llenado alterno), se siguieron haciendo de la misma forma antes y
después de iniciar el tratamiento con azúcar.
El
tiempo de aplicación de azúcar en las úlceras fue de 6,3 meses de media (de 2
a 12 meses).
Resultados
De los pacientes
atendidos, el 50% eran mujeres y 50% varones. La edad media fue de 74,33 años,
la inmovilización en cama fue la principal causa en las úlceras, condicionada
en el 83% a accidentes cerebrovasculares (tabla 1).
Cinco
casos eran pacientes encamados y un paciente con paraplejía en silla de ruedas.
Todos presentan úlceras en sacro. El 83,3% (5/6) presentaba úlceras en trocánteres;
el 33,3% (2/6), úlceras en talones, y el 33,3% (2/6), úlceras costales (tabla
1).
Las
patologías de base eran: un paciente con paraplejía por traumatismo y 5
pacientes por accidentes cerebrovasculares. De los 5 pacientes con accidentes
cerebrovasculares, tres eran hipertensos, y de ellos, dos diabéticos, uno de
los cuales presentaba enfermedad de Parkinson y el otro Alzheimer. Analizamos la
edad, el sexo, la patología de base, la localización, el tiempo de evolución
de la úlcera hasta la aplicación del azúcar, tiempo de tratamiento con azúcar
y el resultado final (tabla 1).
A
los 2 días de la aplicación del azúcar las heridas no olían mal, y a los 5 días
el exudado era más limpio y en menor cantidad.
Las
úlceras troncatéreas, de sacro, de los talones y costales cicatrizaron de
forma total en el 60, el 15, el 100 y el 100% de los casos, respectivamente.
El
resto de las úlceras mejoraron respecto a: disminución de las dimensiones
(tanto en superficie como en profundidad), las infecciones recurrentes, mejora
del tejido de granulación y eliminación de olores, edemas, tejido necrótico y
exudados.
No
hubo diferencia entre usar azúcar comercial en grano o pasta de azúcar,
elaborada en la farmacia.
En
la tabla 1 se detalla el tiempo de tratamiento y el resultado final obtenido.
Las úlceras tórpidas de muy larga evolución mejoraron su estatus previo, a
partir del uso del azúcar, se llegó a curar el 46,6% y el resto mejoró
durante el tiempo que se les estuvo curando.
Discusión
Las úlceras por
presión en los pacientes con importantes dificultades en la movilización son
un problema de salud de difícil solución.
La
aplicación de azúcar en las úlceras por presión y de evolución tórpida
mejora la evolución, por lo tanto, la calidad de vida del paciente y de sus
cuidadores, mejorando la satisfacción de ambos.
La
escasez de nuestras muestras no nos permite hacer mayores inferencias, aunque
coincidimos con los resultados obtenidos por Herszageet al1,
Gordon et al8, Quatraro et al9
y Dawson 12, que ponen de manifiesto que el azúcar
actúa cumpliendo la mayor parte de las especificaciones de the Gaddum Centre1
sobre los antisépticos, que se resume en lo siguiente:
1. Debe poseer actividad potente contra todos los microorganismos.
2. Debe ser de acción rápida.
3. Debe tener poca toxicidad para los tejidos humanos.
4. Debe ser eficaz en presencia de materia orgánica.
5. Debe poder penetrar en grietas en los tejidos.
6. Debe ser soluble en agua.
7. Debe tener una estabilidad conveniente.
8. No debe poseer olor desagradable.
9. Compatible químicamente con otras sustancias.
10. Debe ser económico.
En
nuestra experiencia, el azúcar, debido a su osmolaridad, fue eficaz contra gérmenes
aerobios y anaerobios.
El
uso del azúcar eliminó los malos olores de las úlceras a los dos días de
aplicación, lo que favoreció una mejor integración y participación de los
familiares en el cuidado del paciente. El azúcar no se degrada ni tiene mal
olor, todo lo contrario, elimina los olores de las heridas, y actúa como un
perfecto desodorante.
Al
no reabsorberse fuera del tracto intestinal, no existen posibilidades de
intoxicación, ni efecto secundario, ni aun por sobredosis.
Hubo
una total ausencia de complicaciones. Sólo un paciente comentaba sentir un leve
escozor pasajero al aplicársele el azúcar.
Ante
la presencia de placas necróticas y esfacelos, actúa como humidificador de éstos,
facilitando su retirada.
El
azúcar, debido a su osmolaridad, es una sustancia hidrófila y actúa como
antiedematoso y activador de la microangiogénesis, lo que permite una mejor
cicatrización.
No
hay constancia de incompatibilidad química con otras sustancias para el uso que
hemos estado realizando.
Y
por último, el tratamiento se abarata bastante, no ya por ser un producto económico,
sino porque al acelerar la curación de las heridas abarata todo el tratamiento
del paciente, y permite un ahorro en recursos materiales y humanos.
En
resumen, el azúcar actúa como el mejor de los antisépticos, sin los efectos
secundarios que presentan éstos, y genera una cicatrización rápida y firme.
Agradecimientos
Agradecemos la
colaboración, ya que sin sus aportaciones no se podría haber hecho este
trabajo, de: Joaquín Torres, Antonio Castellanos, Salvador Ortega, Antonio González
Quirós, Isabel Fernández, Ángeles Guinda Garín, Venceslao Moreda, Ana Bermúdez
Loizaga, María de los Ángeles García-Carpintero Conde, Elena Barba Mendiela,
Vicente Ruiz de Larramendi, Julián Vaca y José Hidalgo.
Bibliografía
1. Herszage L, Montenegro JR, Joseph AL. Tratamiento
de las heridas supuradas con azúcar granulado comercial. Boletín y Trabajos de
la Sociedad Argentina de Cirujanos 1980;21-22:315-30.
2. Chirife J, Scarmato G, Herszage L. Scientific
basis for use of granulated sugar in treatment of infected wounds. Lancet
1982;6:560-1.
3. Chirife J, Herszage L. Sugar for infected wounds.
Lancet, 1982;17:157.
4. Archer HG, Barnett S, Irving S, Middleton KR, Seal DV.
A controlled model of moist wound healing: comparison between semi-permeable
film, antiseptics and sugar paste. Journal of Experimental Pathology,
1990;71(2):155-70.
5. Ambrose U, Middleton K, Seal D. In Vitro Studies
of Water Activity and Bacterial Growth Inhibition of Sucrose-Polyethylene Glycol
400-Hidrogen Peroxide and Xylose- Polyethylene Glycol 400-Hidrogen Peroxide,
Pastes Used To Treat Infected Wounds. Antimicrobial Agents and Chemotherapy 1991
6. Llopis MJ, Baixauli V. La formulación magistral
en la oficina de farmacia, 4.ª parte. Valencia: Cid, 1997.
7. Chirife J, Herszage L, Joseph A, Kohn ES. In vitro
study of bacterial growth inhibition in concentrated sugar solutions:
microbiological basis for the use of sugar in treating infected wounds.
Antimicrob Agents Chemother 1983;23(5):766-73.[Medline]
8. Gordon H, Middleton K, Seal D, Sullens D. Sugar
and wound healing. Lancet 1985:663-4.
9. Quatraro A, Minei A, Donzella C, Caretta F, Consoli G,
Giugliano D. Sugar and wound healing. Lancet 1985:664.
10. Archer HG, Barnett S, Irving S, Middleton KR, Seal
DV. A controlled model of moist wound healing: comparison between semi-permeable
film, antiseptics and sugar paste. Journal of Experimental Pathology,
1990;71(2):155-70.
11. Ambrose U, Middleton K, Seal D. In Vitro Studies
of Water Activity and Bacterial Growth Inhibition of Sucrose-Polyethylene Glycol
400-Hidrogen Peroxide and Xylose- Polyethylene Glycol 400-Hidrogen Peroxide,
Pastes Used To Treat Infected Wounds. Antimicrob Agents Chemother, 1991:1799-803
12. Dawson JS. The role of sugar in wound healing.
Ann R Colle Surg of Engl 1996;78;2(Supp):82-5.